La contracción económica deja su sello en los tráficos del puerto de Amberes-Brujas

La dársena belga ha movido 271 millones de toneladas, el 5,5% menos que en el año 2022 y el tráfico de contenedores ha disminuido el 6,3%

Autoridad Portuaria de Amberes-Brujas

EL MERCANTIL Madrid

10 de enero de 2024

El puerto de Amberes-Brujas, el segundo con más tráfico de Europa, ha sido un claro ejemplo de la contracción mundial en la demanda de mercancías durante 2023. Ese es el diagnóstico que lanzan los representantes del recinto para explicar el retroceso del 5,5% respecto a 2022. En concreto, la dársena belga ha movido 271 millones de toneladas.

Además, el débil crecimiento económico mundial y la menor demanda de productos básicos están pesando sobre la demanda mundial de transporte de contenedores, corroboran en su análisis anual. Para el puerto de Amberes-Brujas, esta dinámica ha motivado una disminución del tráfico de contenedores del 6,3% en toneladas y del 7,2% en teus, en comparación con 2022. Se han registrado un total de 137,5 millones de toneladas de mercancía contenerizada y 12,5 millones de teus. “Hace tiempo que lo veíamos venir, 2023 no sería un gran año, después de todo, como puerto, estamos en el centro de los desafíos económicos y geopolíticos, pero, gracias a una estrategia potente, a la fusión y a un ejercicio de eficiencia, hemos conseguido organizarnos a tiempo e incluso estamos ganando cuota de mercado en la zona de Hamburgo-Le Havre”, ha explicado el director general del puerto de Amberes-Brujas, Jacques Vandermeiren.

“Hace tiempo que lo veíamos venir, 2023 no iba ser un gran año”
Jacques Vandermeiren Consejero delegado del puerto de Amberes-Brujas

Por su parte, el movimiento de los graneles líquidos se ha deteriorado el 2,1% durante 2023 y se ha quedado en 88,7 millones de toneladas. Sin embargo, el tráfico de combustibles ha aumentado gracias “al fuerte crecimiento del diésel y la parafina, mientras que la gasolina y el fueloil disminuyeron”, señalan desde el recinto belga. Además, sostienen que “el sector químico está bajo presión en toda Europa debido a los altos costes de energía, materias primas y mano de obra y la baja demanda”, lo que generado una disminución del flujo de productos químicos en sus instalaciones del 8,1%. A ello se suma también que el GNL se mantiene por debajo de los niveles del año pasado, cuando se registró un mayor volumen para afrontar una posible crisis energética derivada de la contienda rusa en Ucrania.

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