El Puerto de Granadilla sigue sin alcanzar una actividad plena.

DIARIO DE PUERTOS Y NAVIERAS – 02/02/2023

Cinco años después de su inauguración, y tras un proceso de construcción que tardó 17 años en ponerse en marcha desde que se aprobó e incluyó inversiones de hasta 225 millones (faltan otros 232 para completarlo con el cierre del muelle de ribera, las redes viarias, edificios administrativos o una urbanización), la actividad en el puerto se limita a reparaciones de buques y a recibir mercancías sin contenedores.

Granadilla nació con el objetivo de descongestionar el puerto de Santa Cruz de Tenerife, motivo por el cual se diseñó un megaproyecto que, gracias a la presión de asociaciones vecinales y medioambientales, redujo su tamaño inicial a una tercera parte aunque, desde las instituciones, se mantuvo la idea original en lo que respecta a su actividad: captar parte del tráfico de mercancías que llegaba a la capital canaria debido a su ubicación idónea.


Según informa eldiario.es«desde 2018, Granadilla no ha logrado alcanzar ese estatus que se le quería dar. Mientras que otros puertos como el de Arinaga supieron reinventarse y reorientar su actividad, el de Granadilla registró en 2022 solamente 61.515 toneladas de mercancías. Desde 2017, el muelle del sureste de Tenerife acumula unas nimias 167.520 toneladas, concretamente «carga de chatarra y operativas de descarga de piezas de aerogeneradores eólicos y de gas propano», es decir, mercancías que no pueden introducirse en contenedores debido a su gran tamaño. En cuanto a su futuro, se contempla un total de 457 millones de euros para completar el puerto, cuya actividad quiere orientarse hacia el almacenamiento de combustible, renovables y reparaciones navales, tal y como informó en enero la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias».

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